La uva fresca peruana cerrará su campaña con US$ 2,000 millones exportados

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09/03/2025 | 5min de lectura aprox. | Exportaciones perecederos

La uva es uno de los pilares más importantes de la agroexportación peruana. Desde el 2008, el producto se ha consolidado en la canasta local con dos regiones fundamentales liderando la campaña comercial: Piura, en el norte, e Ica, en el centro-sur.

En los últimos años, ha enfrentado grandes retos, especialmente de índole climática y comercial, como el ciclón Yaku, que impidió el correcto desarrollo de la campaña 2023/2024, o la última pandemia, que afectó especialmente a productos que requerían de una logística delicada, como es el caso de la uva.

Con todo ello, la uva ha superado estos desafíos y viene creciendo de forma sostenida, consolidándose en diversas regiones y complementándose comercialmente. Hace varios años se miraba con escepticismo la producción masiva de uva para exportación en Piura; sin embargo, gracias al uso de tecnología de riego, mallas para reducir la incidencia del sol y un manejo adecuado del cultivo, se ha logrado no solo una producción exitosa, sino también una maduración más temprana que la de Ica y la de Chile, resultando muy oportuna para el calendario agroexportador peruano.

En la campaña actual, que debe terminar a fin de mes, la principal amenaza fue la falta de agua, especialmente en la región norte. No obstante, este problema se sorteó eficazmente, ya que la mayoría de los cultivos cuenta con sus propios reservorios y sistemas de riego tecnificado, lo que permitió una correcta gestión del recurso. Además, las lluvias, aunque llegaron algo más tarde de lo esperado, finalmente se presentaron, levantando la alerta de sequía en la región.

Otro gran reto fue el logístico: la falta de contenedores se mantuvo constante durante toda la campaña, sobre todo en diciembre y enero. El puerto del Callao sufrió una gran congestión y enfrentó serios problemas para manejar la salida de los volúmenes de esta campaña. Pisco y Chancay, a pesar de seguir teniendo roles secundarios, pudieron suplir en cierta medida la demanda, aunque se evidenció la necesidad de mayor inversión en logística para el crecimiento del sector.

Con estos desafíos superados y a poco de concluir la campaña —que inició en julio y se espera se extienda hasta marzo o principios de abril— se acumula un volumen de 684 mil toneladas por un valor cercano a US$ 1,977 millones, cifra récord para la uva peruana. Esto representa un aumento del 34% en volumen y del 28% en valor. Además, se logró distribuir de forma más eficiente los envíos, generando picos en diciembre y enero que permitieron obtener mejores precios y evitar cruces agresivos entre las campañas de Piura e Ica.

Solo falta un mes para el cierre de la campaña, por lo que se espera que los envíos de marzo también sean relevantes y se extiendan un poco más de lo normal, tal como se anunció a principios de campaña. Con ello, se logrará el hito de superar los US$ 2,000 millones, récord conseguido hasta ahora solo por el arándano. En cuanto al precio, el promedio fue de US$ 2.89 por kilogramo, un 5% menos que en la campaña pasada. Durante todo el periodo, se mantuvo relativamente estable, alcanzando un máximo de US$ 3.00 en enero de este año y un mínimo de US$ 2.60 en agosto del año pasado.

Respecto de las regiones productoras, Ica retiene la corona, con un 49% de participación; seguida de Piura, con un 37%; y cerrando el podio, Lambayeque, con un 6%, lo que evidencia la relevancia de la uva en la región costera.

Aunque aún es muy prematuro y las condiciones climáticas son indeterminadas para la próxima campaña 2025/2026, las expectativas iniciales son positivas y se vislumbra un crecimiento en las exportaciones de entre un 9% y un 14%. Sin embargo, estas proyecciones estarán condicionadas por diversos factores, como el clima, los aranceles y la logística. Actualmente hay riesgo de un fenómeno El Niño costero hasta abril y un potencial fenómeno La Niña en el segundo semestre.

Dinámica Internacional

Estados Unidos vuelve a ser el principal destino de la uva peruana, con 358 mil toneladas por un valor aproximado de US$ 1,043 millones, lo que representa un crecimiento de aproximadamente 51% en volumen y 39% en valor. Este incremento se atribuye, en gran parte, al momento óptimo en que Perú alcanzó sus picos (diciembre y enero), cuando la campaña interna estadounidense ya había concluido por completo, mientras que otros competidores — como Chile—, a pesar de tener una buena campaña, tardaron un poco más en ingresar al mercado.

Recién a finales de enero y durante todo febrero se comenzaron a observar volúmenes considerables en el mercado estadounidense. Esto permitió al Perú colocar, de manera eficiente, mayores volúmenes durante estos meses de alta demanda sin enfrentar fuerte competencia.

Europa es la segunda región importadora de uva peruana, con cerca de 166 mil toneladas por un valor de US$ 452 millones, lo que representa un crecimiento del 52% en volumen y del 51% en valor. En esta región, la competencia suele ser más feroz, con Brasil y estrictos controles fitosanitarios que complican la operación; sin embargo, la campaña fue sumamente positiva gracias al notable salto en calidad que se ha venido evidenciando en los últimos años.

Fuente: Fresh Fruit


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