Palta chilena mantiene una producción estable de cara al 2025-26
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20/10/2025 | 3min de lectura aprox. | Exportaciones perecederos
Tras cerrar 2024-2025 con la mayor cosecha en quince años, el Comité de Paltas de Chile proyecta para la temporada 2025-2026 un volumen cercano a las 240 mil toneladas, cifra prácticamente igual a la del ciclo anterior. Más que un estancamiento, el sector lo interpreta como una señal de solidez: la industria ha aprendido a mantener altos niveles de producción en un entorno cada vez más exigente.
“Mantener una producción tan sólida como la del año pasado, que fue una temporada muy buena, es una excelente noticia”, afirma Francisco Contardo-Sfeir, presidente ejecutivo del Comité. Según el dirigente, el resultado responde a una combinación de condiciones climáticas favorables, tecnificación del riego, mejoras en el manejo agronómico y una hoja de ruta en sostenibilidad que el gremio impulsa desde 2020, en línea con la Agenda 2030 de la ONU. “Hemos profundizado en prácticas agrícolas responsables para que la producción siga beneficiando a las personas, las comunidades y el medioambiente”, enfatiza.
Un mercado interno que da estabilidad
Chile no solo exporta palta: también la consume con entusiasmo. En la última temporada, el 57% de la fruta se destinó a exportación y el 43% al mercado nacional, lo que equivale a un consumo per cápita de 8,6 kilos al año, el segundo más alto del mundo. Este apetito interno se ha convertido en un verdadero pilar de estabilidad para productores y comercializadores, ayudando a amortiguar los vaivenes internacionales.
De mantenerse las proyecciones, el balance 2025-2026 replicará esa proporción, con unas 136–138 mil toneladas para los envíos y 103–104 mil toneladas orientadas al consumo local.
Europa a la cabeza y Latinoamérica en alza
En el mapa exportador, Europa seguirá siendo el principal destino, seguida de Latinoamérica, una región donde Argentina destacó en la última campaña con un aumento del 25% en sus importaciones. Para América del Norte y Asia se espera un comportamiento estable. En total, la fruta chilena llega hoy a cerca de 40 países, entre ellos Estados Unidos, Países Bajos, Reino Unido, España, China y Argentina, mercados donde la trazabilidad, la calidad y la seguridad alimentaria han convertido a Chile en sinónimo de confianza y frescura.
Tecnología y sostenibilidad: pilares de competitividad
La competitividad del sector se apoya en una base sólida: eficiencia hídrica, gestión de huertos, poscosecha tecnificada y una cultura de innovación constante. Estos factores han permitido que la palta chilena mantenga su posición frente a la volatilidad de los costos logísticos y la presión de competidores internacionales.
Desde el Comité, subrayan que la sostenibilidad ya no es solo un valor agregado, sino una condición para acceder a los mercados. Las certificaciones ambientales, la relación con las comunidades y las prácticas responsables se han convertido en una ventaja para el país y en una garantía frente a futuras exigencias regulatorias.
Para Contardo-Sfeir, el escenario actual refleja “un piso productivo robusto”, sustentado en una superficie estable de 30 mil hectáreas y en el aprendizaje técnico acumulado. Esa estabilidad —añade— brinda visibilidad a toda la cadena, desde productores hasta retail. El reto, dice, consiste en ordenar las ventanas comerciales, optimizar el calibre y la condición para el destino, y proteger los márgenes mediante eficiencia logística y gestión de riesgos.
Fuente: Mundo Agro